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MÁS ALLÁ DEL EMPLEO: DESCUBRIENDO EL PODER DE LAS INVERSIONES
Chaiña Mamani, Jhordan Jeriff
Hoy en día, la mayoría de las personas busca generar ingresos de diversos modos. La forma más común y tradicional es mediante la obtención de un empleo; quizás sea la más segura y “normal” de obtener dinero, pero obviamente no es la única. ¿Cuántos de nosotros conoce el mundo de las inversiones? ¿Cuántos de nosotros escuchó hablar de bolsa de valores, ETFs, fondos mutuos, entidades financieras, brókers, aplicaciones de inversión, etc.? Estos nos parecen términos complejos si los escuchamos por primera vez o cuando no tenemos tanto conocimiento sobre ellos. Hoy en día, se han convertido en una de las mayores fuentes de ingreso silencioso. No requieren de mayor esfuerzo cognitivo ni mucho menos físico y resultan una alternativa ideal para la obtención de dinero basada en la especulación y la incertidumbre. ojo, siempre y cuando se tenga capital disponible o ahorros que no queremos que “duerman” sin generarnos alguna ganancia.
El mundo de las inversiones se define como la asignación de recursos con la expectativa de obtener beneficios a futuro. El concepto resulta interesante para las personas arriesgadas: un día puedes ganar cientos o miles de soles, pero otros días puedes estar en la ruina por una mala predicción o un mal cálculo de datos. Es por ello que algunos intermediarios financieros, como brókers o bancos, ofrecen distintos modos en los que puedes invertir tu dinero: a corto o largo plazo, con alto o bajo riesgo, etc.
¿Por qué invierte uno? Existen varias razones. Por ejemplo, la rentabilidad: si inviertes en un fondo mutuo el dinero que ahorraste por 10 años, puedes obtener ganancias considerables que servirán para una reinversión o para comprar la casa o el auto por el cual estabas ahorrando. En cuanto a la preservación del capital, se busca proteger el dinero invertido para que no se pierda, aun sabiendo que las ganancias sean bajas. Por ejemplo, cuando ahorras el dinero en tu banco preferido, es una forma de inversión, pero las tasas que los bancos ofrecen, incluso por grandes cantidades, generan un margen de ganancias muy bajo; a cambio, te brindan la seguridad de que tu dinero estará seguro mediante depósitos a plazo. Finalmente, invertimos también para generar ingresos pasivos: si tenemos un buen empleo y con buen puesto estamos felices, está bien, es perfecto; pero ¿por qué no ser aún más felices? Un ingreso extra no nos vendría mal, y más aún si pudiera generar ganancias considerables, ¿no creen?
El trabajo, como fuente de producción, instrumentaliza al hombre para generar dinero. A algunas personas les gusta, ya sea porque disfrutan del trabajo o simplemente porque les gusta el dinero. Es lógico y directamente proporcional: a más dinero, más bienes y servicios obtienes. Y qué mejor si se logra gastando los mínimos recursos posibles. Si invertir fuera un trabajo, sería el más fácil e irónicamente el más complicado: fácil porque lo puede hacer cualquier persona desde cualquier lugar, pero difícil porque necesitas, primero, capital y, segundo —y más importante— un amplio conocimiento financiero. Es fundamental entender conceptos como riesgo, rentabilidad, liquidez, etc. A ello se suma la necesidad de estar siempre informado sobre los cambios globales relacionados con la política, la economía, el derecho y afines.
El fenómeno de la inversión comenzó hace mucho tiempo, pero recién está tomando protagonismo en estos años, gracias a la publicidad en redes sociales. Al mismo tiempo, surgen nuevos modos de inversión, como la compra de bitcoins y ETFs. Su crecimiento es tal que distintas instituciones (universidades, institutos, empresas, etc.) brindan cursos de inversión.
Culmino mi comentario con la frase de Warren Buffet, el gran inversionista y accionista mayoritario de Berkshire Hathaway: “No ahorres lo que te sobre después de gastar; gasta lo que te quede después de ahorrar.”
REFERENCIAS
Gitman, L. J. (2005). Fundamentos de inversiones. Pearson educación.