PROPUESTA DE REFORMA TRIBUTARIA PLANTEADA CON EL “HÍGADO”
ROJAS HIDALGO, Nahomy
Hace unos días atrás, el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, en una conferencia de prensa y en diversas entrevistas a medios locales, señaló que su despacho viene trabajando una propuesta de reforma tributaria con la finalidad de presentarlo al Congreso de la República y solicitar las facultades legislativas correspondientes a dicha materia.
Definitivamente, no es la primera vez que un representante del MEF se aboque a este tema o tenga en mente realizar una reforma tributaria con el afán de aumentar la recaudación y así poder “atender prioritariamente” los temas sociales nacionales y brindar contraprestaciones públicas. Sin embargo, ¿es este el momento de realizar una reforma tributaria con los matices que pretende el titular del MEF? ¿nos ha planteado mecanismos efectivos de cómo lograr dicha recaudación? ¿cómo generar mayor formalidad? ¿cómo conseguir que cada vez existan menos evasores? ¿de qué manera mejorará la gestión pública con dicha recaudación? O ¿es acaso que lo único que busca es asfixiar a los contribuyentes que ya cuentan con una pesada carga tributaria porque “le pica el ojo o le hinca el hígado”?
De hecho, en las declaraciones de nuestro actual ministro no se ha hecho mención o no ha brindado algún alcance de por lo menos algunas de estas interrogantes fundamentales para poder acercarnos a una verdadera reforma tributaria, por el contrario, se centró en proponer principalmente lo siguiente:
- Aumentar la tasa del Impuesto a la Renta a las personas con ingresos mayores a S/ 300.000 anuales
- Las empresas que ofrezcan servicios digitales serían gravadas
- Elevar la tasa del Impuesto a la Renta de primera y segunda categoría
En ese sentido, consideramos que hasta el momento no se ha planteado una reforma tributaria íntegra que abarque todos -o la mayoría- de aspectos de cómo lograr una recaudación eficiente para que finalmente el Estado sea el que oriente el desarrollo del país. Pues se pretende legislar en temas tributarios sin un trasfondo claro, en el momento menos adecuado, exigiendo más a quienes cumplen con sus obligaciones tributarias, en lugar de priorizar la formalización mediante diversos mecanismos que podrían funcionar muy bien en nuestro país.
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